lunes, 30 de noviembre de 2009

"El y Ella (Dos mundos aparte)"

Es posible que más de una vez, hayas oído una historia de amor, de esas que parecen tan reales y verosímiles a pesar de que están llenas de magia y fantasía.

Podría empezar diciendo: “…había una vez un rey y una reina que vivían muy felices en un inmenso palacio…”, sin embargo me es difícil comenzar así ya que esta historia no es más que la vida de dos mundos distantes, nacidos uno para el otro, pero que nunca llegaron a conocer sus verdaderos sentimientos.

EL.

Anoche tuve un sueño muy confuso,
Donde despertaba loco y abandonado,
Soñé con alguien demasiado iluso
Con un sentimiento alocado.

Esta mañana sólo pienso,
Corro y recojo el blanco lienzo,
Necesito saber qué trama,
Por eso empiezo y pinto la nada.

Este placer no me sustenta,
Me hace tan sólo callar,
Creo saber qué te tienta,
Y sé qué te hace pensar.

Hoy quiero mirar tus ojos
Mientras estemos solos,
Y ver en ellos lo que piensas
De este amor que tejo a solas.

Sostén mi mano un momento,
Destruye un poco este lamento,
Pasemos un minuto de pasión
Y demos vueltas por mi corazón.

Quiero que veas cómo nace
Este sentimiento que aquí yace,
Y cómo se ha opacado la luz
Cuando lo que falta eres tú.

Cambiando un poco la letra,
Hoy vi un par de conocidos,
Ella una buena poeta,
El un loco empedernido.

Junto a ellos hay miles de caras,
Que caminan día a día,
Podrían ser sólo máscaras,
Pero no está la tuya, sólo la mía.

Reconozco a otro, un amigo,
Un ser completo y un músico,
Su mundo sobre un hilo,
Conoce todo, es distinto.

Dice entender la vida
Y el porqué del existir,
Y cuando llegue la partida,
Simplemente vivir.

Ahora no sé qué hacer,
Hay tanto para creer,
Pero estaré bien así
Con lo que contigo aprendí.

ELLA.

Dicen que el amor no se aprende,
Que el amor se siente,
Y ese fue mi peor error.

El querer aprender algo imposible,
A amarte y a pensar en ti día y noche,
A oír tu voz en el silencio,
A dejarme invadir en recuerdos,
A sentirte sin tocarte.

Quise aprender a imaginarte,
A recordarte al oír una canción,
A soñarte cada noche,
Y despertar con la ilusión
De que algún día te amaría con pasión.

Y aprendí con el tiempo
A sentirte palpitar mi corazón,
A crear cuentos de pasión,
A vivir con la ilusión de que algún día
Llegaría ese amor con el que viviría
Sin dolor y sin necesidad de aprender algo
Que nace del corazón.

Y que ni el tiempo ni la razón
Coinciden en el amor.

Y es que…
Me urge que me quieras
Que me mientas si es necesario.
Me urge llenarme de tu amor,
A sentir la humedad de tus labios.
Me urge amar y ser amada,
Y nunca abandonada.
Me urge verte enamorado, feliz, contento.
Me urge todo esto,
Porque me urge ser feliz.
Me urge verte entre mis brazos,
Hasta no controlarme.
Me urge oír tu voz,
Aunque tus frases no sean dirigidas a mí.
Me urge todo y más
Porque entre menos tiempo se cumplan mis deseos,
La agonía del temor a perderte,
Llegará más rápido.

Y ahora quiero decirte
Que he sufrido por tu ausencia,
Que provoca la soledad de tus palabras,
Que provoca el silencio de tus miradas,
El color de tus abrazos,
La belleza de tu sonrisa.

Ahora quiero decirte
Que el dolor que me causa el no sentirte a mi lado,
Y no poder decir lo que siento
Al ver tu rostro,
El cual me hunde al infinito,
Donde se encuentra la tristeza del alma,
Lo que me rodea, la dicha de ser quién tú amas,
Lo que me roba la dicha de ser quién tú amas.

Ahora quiero decirte que te echo de menos,
Que eran tus caricias las que me llenaban de alientos,
Tus palabras bellas melodías,
Tus miradas, profundo sentimiento.

Ahora que me doy cuenta
Que sin tí no soy nada,
Quiero decirte cuánto te quiero,
Que por tí yo soy quien soy;
Que la vida se llena de dicha,
Si en ella estás tú;
Que mi corazón está llorando
Porque tú has dicho adiós,
Y las lágrimas que derramo,
Más de nostalgia, son de dolor,
De ver partir a la persona que he amado,
Amo y amaré siempre…

PS: Quizás tú también tengas en algún lugar del mundo, esa alma gemela, que te ama con toda el alma, pero que el destino jamás dejara unir…

Concurso Neruda 2000
Mayo, 2000.

Autores.
Melina Protti.
Fernando Rojas.

(Melina, no encuentro las palabras para agradecer tus enseñanzas, inolvidables.)

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